El benéfico Creador descanso el séptimo día después de los seis días de la creación,
e instituyo el sábado para todos los seres humanos como un monumento de su labor
creadora. El cuarto Mandamiento de la inmutable Ley de dios requiere la observancia
del séptimo día como día de reposo, culto y ministerio, en armonía con las enseñanzas
y práctica de Jesús, el Señor del Sábado.
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El Sábado es un día de deliciosa comunión con Dios y con nuestros hermanos.
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Es un símbolo de nuestra redención en Cristo
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Una señal de santificación
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Una demostración de nuestra lealtad
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Es la señal perpetua del pacto eterno entre dios y su pueblo.